martes, 8 de mayo de 2012

I SAW HIM STANDING THERE (EL DÍA QUE VÍ A UN BEATLE). EL DIARIO DE UN FANÁTICO

Escucha mientras lees

Con mucho cariño para mi prima Wendy


El martes 21 de abril de 2009, algunos diarios de la capital publicaron la noticia: Paul McCartney en Lima, para el mes de agosto. Lo cierto es que no me percaté de ello al momento que, como todas las mañanas, le gorrie los titulares al periodiquero de la esquina. Me entere de la información cuando, sumergido en mi individualidad venía escuchando radio a través del hands free de mi celular. No lo podía creer. Quería abrazar y besar a todo el mundo. Verifiqué y en efecto, algunos medios lo publicaron como noticia principal del día. Hasta hoy tengo pegado en el ropero de mi dormitorio la carátula del diario Correo.

Paul no vino, ni ese año ni el siguiente.

Diario Correo (21 - 04 - 2009)
Pese a ello, aún tenía la esperanza que el sueño compartido con millones de beatlemaniacos peruanos se cumpla. Por ello, nunca dejaba de decirles a mis hijas que, tan pronto se diera la noticia -confirmada- de la llegada de Paul a Lima, debíamos correr a comprar las entradas: de todas parte del Perú y de los países vecinos arribaría gente deseosa de adquirir un boleto.

Mientras, acumulaba DVD’s de sus presentaciones en otros países: Rusia, Estados Unidos, Argentina.

A mediados de marzo de 2011, en el diario Perú 21, leo la noticia de la llegada inminente de Sting a Lima, nota que no me interesó tanto como el hecho que se indicaba, además, que las tratativas con los empresarios de la gira de McCartney ya estaban casi finiquitadas.

Una mañana, cuando me encontraba esperando ser atendido en una fiscalía superior de Lima, por la pantalla del televisor que había en el hall de recepción, apareció las imágenes de McCartney, difundidas por un noticiero local. No pude escuchar de qué se trataba. El volumen estaba muy bajo. Ese mañana no me concentré en lo que tenía que tratar con el magistrado, pues mi mente seguía interrogándose del por qué de la nota con Paul.

Lo primero que hice cuando llegué a casa fue abrir la INTERNET y buscar información relacionada con un posible concierto en Lima.

Sí, McCartney se presentaría, el lunes 9 de mayo en el estadio Monumental de Universitario de Deportes. Se anunciaba, como confirmación del hecho, un mensaje publicitario grabado por el propio Paul para los fanáticos peruanos.

Vídeo promocional que confirmaba la visita de McCartney

Según mis planes, congelados desde hacía casi dos años, tenía que estar pendiente del anuncio de la puesta a la venta de las entradas. Se dijo que no se vendería la capacidad total del estadio, que de hecho hubiera sido desbordada.

Día a día, leía los periódicos, consultaba en la web y nada. Lo único que pude enterarme por anticipado es que, primero se vendería a los usuarios de una tarjeta de crédito, tal como un año antes había ocurrido con el famoso Cirque Du Solei. En aquella oportunidad, los que compraron vía tarjeta bancaria solo dejaron libres las entradas más caras.



Casi me di por vencido.

Escribí:

Viernes 8 de abril de 2011. 05.00 hrs. Me levanto, no he podido dormir muy bien (como dice la canción de Blades).

Estoy parado mirando caer el agua de la ducha. Siento frio. Me animo y no me animo mojarme:

- La gente ya debe estar ahí. Pienso.

Termino de hacerme el nudo de la corbata, veo la hora y creo que aún es muy temprano para despertar a mi mujer y a mis hijas.

Quiero preparar el desayuno pero aún duermen. No sé qué hacer. Estoy ansioso.

06.30 hrs. Mis hijas, mi esposa ya están de pie. Empezó otra vez un nuevo día:

- Ahorita ya debe haber una “colaza”. Vuelvo a pensar pesimistamente.

07.00 hrs. Mi casa es un ajetreo, el de siempre por las mañanas. Yo estoy como ausente, dudando si ir solo en camisa y corbata o con el saco puesto, si debo llevar o no mi maletín. Sólo quiero sentirme cómodo, no me importa que me vean ni mucho menos he pensado en el qué dirán:

- A las siete y media parto. Ya la gente debe estar ahí. La cola ya debe estar toda la calle. Me digo y temo.

07.30 hrs. Cumplo. Me pongo el saco, cargo mi maletín, me despido de mi mujer y mis hijas. Ellas creen que voy a trabajar. En realidad no tengo ninguna diligencia hasta cerca de las 10.

La empresa Teleticket (Wong y Metro) se encargo
de la venta de entradas
Tomo la ruta a Metro. Por el camino miro si hay movimiento sospechoso de gente que parezca fanática como yo. Voy por el Jr. Coronel Zegarra que sale directo a Garzón. Agudizo la vista para ver si hay trazos de una larga cola. Hoy es la venta de entradas para el público en general. Como yo, muchos han esperado este día cual perros hambrientos dispuestos a llevarse algo de las sobras de los últimos dos días:

- Puta, de repente ya no consigo entradas para Tribuna Norte. Como la gente no quiere gastar, para no perderse la oportunidad al menos han sacado la más barata de doscientos y tantos soles. Mi pesimismo no cesa.

Me jode ser tan pesimista. Por qué mierda les hablo a mis hijas de tener confianza, de ser optimistas en la vida, si yo muchas veces no lo soy. Tengo que cambiar:

- Carajo, te vas a cuestionar ahora, mira si hay cola. Me reclamo a mí mismo.

07.45 hrs. Por fin llegué. No hay más que siete personas. La mayoría jóvenes. Solo encuentro un par de veteranos mayores que yo:

- Estos son de la época de la Beatlemanía. Bromeo conmigo mismo, nervioso, suspirando tranquilizado.

Ahora sólo falta ver si hay aún las entradas que quiero. Transpiro. Nunca he transpirado tanto estando parado. No hace calor. El día amaneció nublado y frio. Ni cuando me paro frente a los cinco asnos que conforman una Sala Suprema estoy así:

- No sudes carajo! se van a dar cuenta de tu ansiedad estos chibolos de mierda.

Me seco el sudor con el papel higiénico que siempre cargo en el  bolsillo de mi saco.

08.00 hrs. Veo llegar a la señorita que atiende el stand de Teleticket. La conozco porque desde las últimas dos semanas, a cada rato me acercaba a la tienda a preguntar si ya había fecha para la venta de entradas al concierto de McCartney.

Volteo a mirar si ha llegado más gente. Sí, la cola está creciendo. Menos mal que vivo cerca.

08.30 hrs. Abre Metro. Puntual. Eso está bien me digo. Nos hacen pasar y formarnos con dirección a la escalera que lleva a la playa de estacionamiento subterránea.

08.35 hrs. Empezó la venta. Así de rápido:

- Viva el Perú carajo! grito hacia mis adentros, qué puntuales somos (*).

Distribución de localidades. La más cara estuvo cerca de los
S/ 2,000 soles. La más barata S/ 280 soles. Por la página web
de McCartney se vendía la denominada hot pack en 2,000
 dólares (con aceso a prueba de sonido, el back stage y lugar
en la zona Red Carpet
Todo está marchando bien, pero hay algo que me tiene aún inquieto.  No avisan que localidades están ya agotadas. No vaya a estar parado haciendo cola como un cojudo y ya no hay entradas para la tribuna norte. Miro nuevamente detrás mío. Ya se está volviendo un colón (y la constante es la gente joven). Quiero sentir que me envidian por estar más adelante que ellos, pero no puedo, sigo pensando que estoy por gusto. Esto debe llamarse el “Diario de un Pesimista” o de “Un Fanático Pesimista”.

09. 15 hrs. Le toca pasar al que está delante de mí. Demora. Va a comprar con una tarjeta de crédito. Sigue la demora. Qué pasa. Pienso.

Hay problemas con la tarjeta del sujeto, parece que no tiene saldo. No sé. El tipo se impacienta con la empleada.

- Creo que hoy es el día de la mala suerte. Pienso, insistiendo en flagelarme el ánimo.

- Seguro voy a pasar el mismo roche.

La chica de Teleticket le dice al sujeto que mejor vaya al Banco y reclame.

El tipo se va. Ya estoy frente a frente con la chica. Me pregunta el lugar y la cantidad de entradas que quiero. Me reconoce. Me saluda. Le digo:

- Quiero cuatro para norte.

Qué coincidencia, justo en ese instante, en los parlantes de la tienda suena una canción de The Beatles: Not A Second Time que entre otras cosas dice: Me hiciste llorar/Es inútil preguntarse por qué…

- A caso lloraré hoy por la frustración y la rabia de no haber logrado mi objetivo?

- Señor, son casi cuarenta años.

La Chica mira la pantalla, voltea y me responde…

09.40 hrs. Subo al carro que  me lleva a donde tengo que ir. Me siento en la parte de atrás. Cojo mi celular. Llamo a Lucho G., mi amigo. Me contesta y le digo:

- Cholo, las tengo.

Ya estoy en el concierto.

Fue increible ver a mis hijas de 14 y 12 años tan entusiasmadas con la idea de ir al concierto.
La imagen de padres e hijos acudiendo a los conciertos de McCartney se repite por todo el mundo

Continuando con mis planes, luego me dedico a indagar por el lugar donde se hospedaría McCartney y su comitiva. Desde hace varias semanas he dejado suelto mi ser adolescente. Cuento con la complicidad de mi mujer y mis hijas.

Se especula que McCartney ha tomado varias habitaciones del Hotel Country Club en San Isidro. Se dice que busca un lugar donde pueda hacer algunos balonazos al mejor estilo del cerdo que fungía de presidente, todavía, en aquel entonces.

También se pensó en el Marriott. Una figura de la talla de McCartney difícilmente podría exigir algo menos.

Hotel Miraflores Park Plaza. Miraflores - Lima
Los primeros días del mes de mayo se confirma la noticia que Paul se alojaría en un discreto hotel de Miraflores, el Miraflores Park Plaza, escondido por las calles aledañas a la avenida Armendaris.

Su arribo a Lima se confirmó para el domingo 8 de mayo, justo el segundo domingo del mes donde se celebra el día de la madre.

Lo había previsto. Mi decisión con anticipación estaba tomada. Ese día antes de visitar a mi madre, pasaría, con toda mi familia, a recepcionar a McCartney.

Escribí:

Domingo 8 de mayo. Segundo domingo. Es el día de la madre, institución familiar a quien, como hijo, quiero y respeto mucho.

Pero éste día de la madre, será especial para mí. Tengo todo preparado para ir a recibir a Paul McCartney a su llegada al Hotel Miraflores Park Plaza. Como regalo justo y merecido a mi madre, la hare descansar de mi presencia. Del alboroto de sus nietas. Al menos, gran parte de este sagrado día.

8.30 am. Luz, mi esposa me entiende. Mis hijas Lara y María Luisa me entienden y yo, con esto que hago hoy día, me he comprometido a entenderlas, cuando mañana más tarde, en un día del padre, me informen que no irán a verme como todos los días, porque quizá les toque vivir una experiencia como ésta.

La cantidad de gente que acudió el domingo 8 de mayo
al Hotel fue mucho menor de la que despidió a McCarteny
la madrugada del día 10, luego del concierto
9.25 am. Hemos llegado. El Hotel está ubicado en el parque Domodosola, Av. Malecón de la Reserva (espalda Av. Armendaris), intersección con Av. san Ignacio de Loyola. Frente a la puerta del hotel, se encuentra el estacionamiento de llegada y luego un amplio jardín. Hoy está ocupado por fanáticos que desde muy temprano han acudido, como mi familia y yo, a dicha recepción. No hay la multitud que esperaba. Qué bueno que existan chicos y chicas que quieren mucho a su mamá y por nada la dejan de visitar en su día.  Desde tempranito. Significa más espacio y un lugar libre en la valla colocada por los miembros de seguridad a efectos de mantener el orden. En dicho espacio cómodamente caben mi mujer, mis hijas y yo.

9.30 am. Ya estamos colocados frente al extremo izquierdo de la puerta de ingreso del hotel, puerta por donde en cualquier momento después de las 10.00 am. (hora programada para el arribo en el aeropuerto) Paul hará su ingreso.

He traído mi cámara fotográfica, Tomaré la foto de mi vida. Qué duda cabe.

10.15 am. La angustia se hace más intensa, se dice por ahí que Paul ha llegado a Lima y ha iniciado su traslado a Miraflores. Grupo de fanáticos, miembros de clubes beatlemaníacos cantan, se escucha un reproductor encendido que emite canciones de The Beatles (como me lo imagine de adolescente antes que maten a Lennon), no hay montonera, no hay empujones. Todo está tranquilo pero en tensa espera. Los de la seguridad no te quieren decir absolutamente nada. Solo miran con gesto adusto.

Paul dijo a una revista inglesa que su llegada al Perú para nosotros fue como
Por fin llegaron los Beatles!
  

10. 45 am. Hay muchos extranjeros, colombianos, argentinos, estadounidenses, ingleses. Una argentina recibe una llamada por celular y le dicen que Paul está camino al hotel en una van Porshe plomo metálico. Ajusto mi cámara, apunto hacia la puerta calibrando el mejor ángulo. Mi corazón palpita fuertemente. Miro a mis hijas, miro a Luz, mi esposa, y todas dicen estar bien.

10.58 am. La seguridad corre hacia el extremo izquierdo de la puerta del hotel y despeja la pista de acceso quitando rápidamente la valla, La gente comienza a corear el nombre de Paul, Paul, Paul, Paul.

Esta es una de las fotos que tomé en el preciso instante
que llega la  camioneta plateada que traía a McCartney.
El nerviosismo me impedía coger bien la cámara
10.59 am. Cruza frente a mí el primer vehículo, no está ahí, está en el segundo. Sí, ahí lo veo yo y también mi mujer y mis hijas, sacando la mano por la ventanilla, tal y como lo he visto hacerlo en los videos de presentaciones en distintas partes del mundo.

11.00 am. Paul ha llegado. Se abre la puerta posterior derecha del vehículo Porshe plomo metálico. Paul se sube al estribo y saluda. Sí ahí está él, a escasos metros de mi vista, no lo puedo creer, está Paul, el Beatle, el partner de John Lennon, el compañero de George Harrison y Ringo Starr, el fundador de WINGS. En segundos me percato de si mis hijas y Luz también lo están viendo, todo está bien. Dios que regalo para ellas. Levanta el brazo izquierdo, aprieta el puño como si hubiera hecho un gol, hace un gesto abriendo la boca, es casi pelirrojo, de piel rosada y, lo más sorprendente, es de talla mediana, no es alto, me doy cuenta que The Beatles eran personas bajas, Paul era el más alto de ellos.

Desde el aeropuerto Paul no dejó de saludar a toda la gente que lo esperaba camino al hotel.
Incluso firmó autógrafos. La megaestrella de la música se comportó generosamente

Llegó el momento de tomar la foto, esa, la mejor foto de mi vida y… no puedo hacerlo. Los nervios no me dejan hacerlo. Mi dedo índice derecho se pone tenso, hay cierto cosquilleo en  mi mano, comienzo a temblar, como si tuviera Parkinson. Un enjambre de cámaras se levantan a mí alrededor. Paul levanta la bandera del Perú (alguien se la dio camino al hotel), vuelve a saludar, saluda a los trabajadores del hotel, se da vuelta, vuelve a saludarnos a todos, entra.

No tome la foto, solo una toma movida donde él no aparece por ningún ángulo, mierda, quiero llorar, quiero reir, pero me controlo, escucho decir a mis dos hijas: Papá lo vimos, lo vimos. Suficiente. Suficiente. He cumplido mi deber.

Foto publicada en los diarios. Miraflores Park Plaza

  Foto publicada en los diarios. Miraflores Park Plaza

Esta es la única foto que pude captar de McCartney (encerrado en círculo rojo).
Los nervios no me ayudaron. En fin.
  
8.30 pm. Ya en casa, luego de pasar el resto del día con la vieja, sentado en mi PC, descargo todas las fotos de mi cámara a la computadora. Triste. Quiero revisarlas una a una. Abro la carpeta respectiva y… Dios mío, una foto, que mierda, aunque sea movida, captó a McCartney. Llamo a mi mujer y a mis hijas que están en otra habitación viendo la tele. Estoy gritando como loco. Ahí está Paul!!!!!!!!



Por casualidades del destino, esta imagen, regresando a casa con mis hijas, salió publicada en el único vídeo que circula en Lima del concierto de Paul McCartney

En una entrevista concedida a David Hutcheon de la revista británica Mojo, en setiembre de 2011, cuatro meses después de su presentación en el Perú, McCartney se mostró muy entusiasmado con la gira que hiciera por Suramérica, sobre todo con su primera visita al Perú. Comentó que tuvo la sensación que para nosotros fue como si por fin llegaron los Beatles!

Poco antes de su arribo a Lima, Paul dirigió otro saludo a los fanáticos peruanos durante los ensayos
con su banda

El día lunes por la mañana, McCartney sale a pasear en bicicleta por los alrededores de su hotel en
Miraflores y sorprendentemente nadie se percató de ello, solo los periodistas de un programa de
televisión

Si bien eso es cierto, mi querido Paul, lo es en parte, puesto que, muchos de los que acudimos a aquella cita histórica, esperábamos ver también al líder de una de las bandas más importantes e influyentes del pop de los 70’s, Wings, y disfrutar en directo de muchos de sus temas. Además, para quienes veníamos siguiendo las giras de McCartney en los últimos diez años, constituía un plus, poder gozar de su banda de acompañamiento, cuyos miembros (Brian Ray, Rusty Anderson, Abe Laboriel y Paul Wickley), además de desarrollar sus propias carreras musicales, constituyen la mejor banda que recrea la música de The Beatles en estos tiempos.

9 de mayo 2012, Estadio Monumental. Haciendo la cola para el ingreso

 No podías ir al concierto sin la camiseta respectiva
Pero, ese día, 9 de mayo de 2012, yo ya me encontraba exhausto.

Debo reconocer que, cuando mi familia y yo ya nos encontrábamos posicionados en nuestros respectivos asientos, tras cerca de tres horas haciendo cola para el ingreso, ya había quedado satisfecho con lo del día anterior. A los Beatles, a Wing’s y a McCartney como solista, los he escuchado durante casi toda mi vida. Me di cuenta que, durante todos estos años, mi reto no había sido tanto escuchar el concierto, sino, el vivir para verlo. Tener la satisfacción de lograr un sueño, aunque sea ese, dentro de mi país. Mi generación sufrió tanto. A muchos no les quedó otra alternativa que salir para lograr algo fuera. Se lo dije a mi esposa en ese instante:

- Solo quiero que esto acabe para irme a dormir.

La espera llegó a su fin. 9.30 pm. Paul sale al
escenario y saluda a los peruanos
Así, a las 21.30 hrs. del día 9 de mayo de 2011, cuarenta años de espera llegaban a su fin. Una cita pendiente en mi vida callejera se concretaba. Un amigo que acompañó todas mis andanzas vino a visitarme y me dijo de entrada:

Tú dices adiós y yo digo hola, hola, hola…

No sé por qué dices adiós…

Si yo te digo hola…

(Hello, Good Bye - The Beatles)

Y, como si ese sonido que entraba por mis oídos fuera el néctar favorito de la generación del verano del amor, mi mente se puso a recorrer toda mi existencia. Recordé los años finales de mi infancia a inicios de los 70’s, con mis orejas pegadas en mi pequeño radio a transistores, escuchando los escasos programas con música de los Beatles. En aquella época no había internet, celulares, cable, consolas de videojuegos, tele a color, pero esa música me hacía completamente feliz. No necesité de nada más.

Recordé mi diminuta casa en la que a pesar de las estrecheces fui feliz con mis cancioneros con todas las letras, de todos los álbumes de The Beatles.

Recordé las viejas esquinas de mi barrio donde los amigos mayores pasaban las grises tardes del invierno limeño escuchando a Wing’s. Las fiestas en casa de los Napurí, en las que no me dejaban entrar por ser muy chibolo, pero que desde fuera podía escuchar canciones como Mrs Vanderbilt

Con el generoso set list preparado por Paul y su banda, el público recorrió la época beatle de Paul, su período con Wing’s y sus dos fases solistas. Tres décadas de la mejor música.

Hellow Good Bye

And I Love Her

Something, homenaje a George Harrison

Band on the Run

Live and Let Die

Get Back

El concierto se desarrolló cerca de tres horas. El estadio, completamente lleno, en las tribunas como en el campo, el público no dejaba de corear al unísono cada canción, hecho que alegró al británico y su banda, que interactuaron muchas veces con el público.

Momentos imborrables. Paul hiso uso de algunas expresiones muy peruanas: qué bueno que está esto (que probablemente algún asesor le dio a conocer como: ¡Qué buena!). Huiiija, expresión utilizada en algunas canciones criollas. Y, para rematar, dos veces -una antes de cantar Yesterday- un redondo ¡Viva el Perú Carajo!



Mucha gente futbolera ayudó a mantener el espectáculo entre canción y canción, con canticos y dichos propios de un espectáculo deportivo: repetidos Olé, Olé motivaron que Paul se dedique por unos segundos a buscar el acompañamiento musical adecuado para interactuar con las cincuenta mil almas que lo coreaban. Fue, creo, lo mejor de la noche. Un No se va, no se va! subrayó los bices, apareciendo Paul, en uno de ellos, con la rojiblanca y la de su patria.

Hey Jude

Hey Jude, Get Back precedieron la, quizá, canción más famosa de toda la historia: Yesterday.

Todas las luces se apagaron, los smartphones cual estrellitas iluminaban el campo de juego. Ahí estaba su creador cantando su obra magna.

Viva el Perú Carajo! Yesterday

El concierto se iba extinguiendo. Iba yo regresando a poner los pies en la tierra.

Escribí:

De nuevo en el presente, aceptándome tal y como soy, aceptándome un Beatlemaníaco a muerte.

Esto es lo bueno de la vida. Son las cosas simples las que te dan verdadera felicidad. La música alimentó mi adolescencia y mi juventud. Hoy es el puente de entendimiento con mis hijas.

Ese día, el día que tanto esperé, junto a ellas y mi esposa dejé escapar a través de mis cuerdas vocales toda mi vitalidad en cantos que para mí han sido y son expresión de vida, de toda mi vida. Reafirmé cada célula de mí ser, cada plaqueta y leucocito de mi sangre, cada fibra de mis huesos, cada tejido de mis músculos. Estuve ahí. Lo vivimos juntos. Logré hacer realidad mi sueño.

Gracias Dios, quizá, no tanto, por permitirme cantar junto a uno de mis ídolos en persona, sino, por el hecho de haber alterado las reglas de la física y la materia y haber sido otra vez adolescente junto a mis hijas.

Paul cerró su presentación diciendo:

Y…finalmente,

El amor que recibes,

Es igual al amor que tú das…

(The End - The Beatles)

¡Había visto a un Beatle!


(*) Cuando escribí esto jamás imagine que la frase iba a ser dicha por Paul el día del concierto.
Soundtrack:
All My Lovin'g (Live in Lima): Paul McCartney,
Let Me Roll It - Foxi Lady (Live in Lima): Paul McCartney.



MAX MARRUFFO S. 

martes, 1 de mayo de 2012

EL VÍDEO DE LADY MADONNA Y HEY BULLDOG. DOS CANCIONES DIFERENTES UNA MISMA IMAGEN

Con cariño para mi primo Darío


Poco después de concluir con la grabación del álbum Sgt. Peppers y del álbum Magical Mystery Tour; estando en plena grabación del soundtrack de Yellow Submarine y poco antes de su viaje espiritual a la India, en el invierno inglés de 1968, los Beatles fueron notificados por EMI a efectos que entreguen material para un nuevo single (1) que sería lanzado durante su ausencia.

Las canciones que por ese entonces estaban siendo trabajadas en el estudio eran Inner Light de George, Lady Madonna de Paul y Across the Universe de John. Las dos primeras se trabajaron paralelamente. La de John se trabajó después, pero se postergó su conclusión debido a que no quedó satisfecho con el resultado. Iba a ser el lado B del single (Lady Madonna sería el lado A). Su lugar fue ocupado por la de George (primera vez que conseguía que una canción suya apareciera en un single).

The Beatles en 1968
Lady Madonna trata de recrear un blues-boogie-woogie inspirado en una canción de Fast Domino (2) (Paul modificó su tono de voz para sonar como el artista).


El boogie-woogie es un estilo musical basado en tocadas rápidas de piano, muy bailables. Una variante de la estructura musical del boogie-woogie (la octava galopante) dio vida al Rock’n’Roll. Curiosamente, es un estilo diseñado para zurdos (Paul es zurdo).

La letra trata sobre el excesivo y agotador trabajo del ama de casa; madres de niños que tratan de hacer de cada jornada algo nuevo, enfrentando los problemas cotidianos. En la canción, el autor hace un recorrido de ese trajín mencionando día por día de la semana. Sin embargo, McCartney olvidó mencionar el día sábado.

Lennon colaboró con la frase “see how they run” (“mira cómo corren”) refiriéndose a los niños.

Hey Bulldog fue una canción que trajo John al estudio el día que iba a ser filmado el vídeo de Lady Madonna.

En efecto, una vez terminada Lady Madonna, con el fin de promocionar el nuevo disco, se planificó filmar a los Beatles simulando grabar la canción. Este vídeo sería entregado a las emisoras de televisión del Reino Unido y de los Estados Unidos.

El domingo 11 de febrero de 1968, estando el equipo de filmación en los estudios de EMI en Abbey Road, con Tony Bramwell (3) a la cabeza como director, se apareció John Lennon quien con cierto exceso de entusiasmo (que no dejó de molestar a Paul) insistió en que los filmaran grabando su nueva canción (Hey Bulldog). John argumentó a su favor que los televidentes no se darían cuenta que están cantando otra canción.

Así fue que, el vídeo de Lady Madonna en realidad muestra los momentos de grabación de otra canción, Hey Bulldog (4).

Vídeo promocional de Lady Madonna, 1968 (*)

En la serie de programas Anthology (año 1995) el clip también es presentado como el vídeo promocional de Lady Madonna. Sin embargo, en 1999, bajo la supervisión de la Apple Records, el vídeo es re-editado (en realidad re-construido) para la promoción de Hey Bulldog como parte del soundtrack de la película Yellow Submarine.

Cabe señalar que, la letra de Hey Bulldog hace referencia de las reflexiones del amo respecto de los “sentimientos” de su perro y termina con el intento de un diálogo entre ambos:

¿Puedes hablarme?,
¡Hey Bulldog!
Woof
¿Qué has dicho?
He dicho Woof
¿Sabes decir algo más?
Grrrrrr….

Vídeo promocional de Hey Bulldog, 1999

Referencias:

(1) Disco en vinilo, con una canción por lado.


(2) Músico, compositor y cantante afroamericano, nacido en Nueva Orleans, estado de Louisiana, Estados Unidos, en 1928, cultor del R&B, Rock & Roll, Boogie-woogie y el Piano Blues.
Tony Bramwell
(3) Amigo desde la infancia de George Harrison. A través de éste conoció a Paul y John. Tony, con el propósito de aprovecharse de las largas giras de George junto a los “tempranos” Beatles, se ofreció a cargarle sus guitarras. Cuenta la historia que, a medida que pasaba el tiempo y eran muchos los lugares por donde viajaba junto a ellos, John se acostumbró a su presencia y un día dijo “si le lleva las guitarras a George, que lleve también las mías” y Paul agregó “también las mías”. Cuando Brian Epstein asumió la representación del grupo, lo contrató a tiempo completo. Tony Bramwell como caza talentos descubrió a James Taylor y a la banda británica Queen. Es autor del libro Magical Mystery Tour. My Life With The Beatles. Es reconocido por Paul McCartney como la persona más confiable para obtener datos de los Beatles.

(4) La filmación duró casi todo el día, tan es así que incluso se hizo tomas del momento del refrigerio. George aparece comiendo uno de sus platos favoritos, frijoles en salsa de tomate.


(*) N.E.: La versión del vídeo que aparece en este post, es la presentada en "Anthology". En dicha edición se agrega tomas del ensayo de la canción "Hey Jude" que se pueden identificar por el atuendo e imagen personal de los Beatles. La última escena es una toma efectuada meses después de las hechas para "Lady Madonna". La chica que aparece en la escena final saliendo con Paul del estudio era la novia de éste tras el rompimiento con Janne Asher luego del viaje a la India).

MAX MARRUFFO S.