Me complace retomar mi blog luego de
haberlo dejado casi seis años en el abandono por motivos laborales, y sobre todo
por hacerlo justo en el momento que la “beatlemanía” vive una
suerte de resurgimiento al estar los Beatles nuevamente en el foco de atención
de los medios gracias a dos acontecimientos que se adelantan como
un plot twist o giro de tuerca en su
historia: la publicación del libro “Lyrics” de Paul McCartney
y la emisión, a través de una plataforma de streaming, de una nueva película
que tiene a la banda como protagonista: “Get Back”, ambos acontecimientos
señalados para este mes de noviembre.
A esto se agrega,
además, la profusa actividad de Paul McCartney en programas de
televisión o streaming en los que nos vuelve a contar la historia
de los Beatles (desde su punto de vista), sin dejar de causar
sorpresa al brindarnos nuevas versiones de algunos pasajes que todos creíamos
fijados sin discusión alguna como verdades absolutas.
The End
Para la semana en que escribo
este post, ya se ha publicado la edición en inglés del libro de
McCartney, y este, en una entrevista, ya le había imputado a Lennon la
responsabilidad exclusiva del rompimiento o “divorcio” de la
banda, agregando que a él solo le cupo el deber moral de decirle a los fanáticos la
verdad a través de una nota anexa a su primer álbum “McCartney”,
lanzado a la venta el día 17 de abril de 1970, tres semanas antes del que sería
-en el catálogo- el último álbum bajo la firma de los Beatles: “Let It
Be”.
Dónde está lo novedoso de esta
declaración. Lo novedoso es que esta vez McCartney ya no deja cabos sueltos
para que nosotros los unamos e interpretemos cómo se dieron los hechos, sino
que los expone y los afirma claramente en primera persona y como un testigo
excepcional de lo acontecido, eximiéndose de toda culpa y exclamando el dolor
que le causo el final de los Beatles, señalando que, más allá de ser su banda, era su
trabajo, era algo en lo que había contribuido para que pasara a la historia y
que, al ver que se moría, también moría parte de él.
Lo también novedoso del asunto es que
McCartney, un tipo que suele mostra una cara sonriente, con un gusto por el
relato unido a expresiones faciales y gesticulación de manos con lo que
trata de dar vida a sus palabras, es en realidad un tipo duro de Liverpool que
siempre ha sabido llevar la procesión por dentro, pero esta vez, sin reparo alguno, ha
compartido con nosotros su catarsis, nos ha hecho partícipes de la liberación de su
dolor.
No voy a expresar una opinión acerca de
quién o quiénes tuvieron responsabilidad en el rompimiento, dejo sí constancia
que me adhiero a aquellos que relevan de toda culpa a las mujeres, esto es a
Yoko Ono y Linda McCartney. Tal vez lo expresado por Keith Richards de los
Stones, en una entrevista dada a la revista Rolling Stone es suficiente para explicar alguna razón para que haya ocurrido: “Los
Beatles duraron lo que debían durar”. Tal vez fue porque John o George avizoraron
que los Beatles terminarían como una banda de música "standar" en
relación con nuevas bandas que estaban más cerca de los apetitos
musicales de una nueva generación post-Sgt. Peppers. Pero esto no lo sabremos porque John y
George ya no están y los muertos no hablan.
Respecto de este punto, me resulta
también bastante razonable lo expresado por alguien en una red social, en el sentido que la
culpa no es de nadie en particular porque "los cuatro no tuvieron la capacidad de sentarse en una
mesa y discutir y expresar claramente como personas adultas que eran, sus deseos, sus quejas, lo que no necesariamente debía conducir a la disolución de la banda”.
Quizá ahí estuvo la falla. Ni Paul, que
hacía tiempo se había erigido de facto como lider de la banda; ni los
administradores a cargo de ella, repararon que los problemas venían por el lado
emocional y personal producto del desgaste por años de tensión acumulada. Que los aspectos
musicales podían haberse solucionado. No olvidemos que entre ellos existiría colaboración en sus proyectos individuales posteriores. Falló Paul
en no advertir que su principal compañero necesitaba un espacio para atender y
desarrollar su relación sentimental; falló Paul en no advertir que Geroge
Harrison no podía eternamente seguir aceptando un papel secundario en el plano
compositivo y que sus composiciones siguieran siendo marginadas o relegadas en los discos. Falló la administración en no proponer un cese temporal de las
actividades de la banda y que los problemas de efectivo se solucionen de otro
modo.
"Lyrics"
En lo que se refiere a su libro
titulado “Lyrics”, donde relata historias relacionadas con el
proceso de creación de las letras de sus canciones grabadas con los Beatles
(también de las escritas en la época de Wings y de solista), no sabemos si para
crear expectativa y alentar su compra o porque forma parte de la catarsis
compartida con su público, Paul McCartney ha hecho estallar una verdadera
bomba, que al igual que lo relacionado con la historia sobre el final de los
Beatles, se puede considerar otro giro de tuerca respecto de hechos que
también se entendían fijados como verdades inamovibles.
Resulta ahora, según Paul, que la
canción “A Day In The Life” que cierra magistralmente el álbum
Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band, no era básicamente una creación de John
Lennon, sino que era totalmente suya.
Esta afirmación ha sido la que más
revuelo ha causado, sin embargo, antes, aún cuando
no provocó la misma confusión, ya había dicho que la melodía de “In My
Life” del álbum Rubber Soul, canción reconocida totalmente a John Lennon,
fue creada también por él.
Puede que Paul no se esté dando cuenta de estar provocando un
efecto adverso a sus intenciones de mostrar que los Beatles, incluso al final
de su trayectoria, fue una banda básicamente feliz al margen de los temas
económicos o comerciales que la agobiaron, y que nos estemos planteando la posibilidad que en realidad él y su
personalidad fue un catalizador importante para acelerar la disolución, que en realidad el desgaste
emocional de la banda fue por causa suya, por su caracter casi dictatorial y
manipulador que tanto le achacaron sus compañeros.
Un exceso de protagonismo, un exceso de
intención de hacer creer que la banda y su suerte giro alrdedor suyo es perjuidicial
para su afán de querer dejar, para la posteridad, una imagen de los Beatles como una banda cuyos miembros se sentían como hermanos y que eso se reflejaba en la música que nos
regalaron.
Hay mucho material escrito en donde John y el mismo Paul, dejaban en claro que la canción “A Day In The Life” era en gran parte de John y una pequeña parte de Paul. Geoff Emerick, el ingeniero de sonido de los álbumes más memorables y exitosos de The Beatles, en en el libro de clara tendencia favorable a la persona de McCartney ("El sonido de los Beatles. Memorias de su Ingeniero de Grabación" de Geoff Emerick y Howard Massey, setiembre 2011, editorial Aibana Productora Editorial S.L.), señaló que fue John Lennon quien trajo la canción para el ábum Sgt. Peppers y Paul le agrego la parte de en medio: “Wake up…”
Lo cierto es que, las afirmaciones de McCartney respecto
de “A Day In The Life” e “In My Life” se dan
en una situación desventajosa para el único que podía responder si eso es verdad o no, pues lleva 41 años muerto.
"Get Back"
Finalmente, en cuanto a “Get Back” la “nueva”
película de The Beatles, solo conocemos lo de los trailers oficiales que se han
propalado en la web. No sabemos si se incluirán algunas tomas de la película “Let
It Be” o estas han sido desechadas totalmente, como la famosa toma donde
aparecen discutiendo ante cámaras George y Paul, quejándose el primero que este
no lo deja opinar musicalmente y quiere que toque lo que él manda. Se especula
que la secuencia del último concierto de la azotea ha sido aumentada en
duración superando los 30 minutos.
Michael Lindsay-Hogg ha comentado que él no se arrepiente de nada de lo mostrado en la película “Let It Be”, de la cual fue acreditado como su director. Señala que lo que se vio en ella era lo que se veía en el lugar de la filmación y que la sensación que se le atribuye (respecto de una banda agonizante) tiene más que ver con lo que aconteció despúes del álbum "Abbey Road", esto es, una separación que para muchos fue inesperada. No olvidemos que, no obstante haberse filmado y grabado con anterioridad al álbum "Abbey Road", el material fue archivado porque no le gustó a nadie pero tuvo que ser desempolvado por razones estrictamente "dinerarias" con posterioridad al anuncio de la desintegración efectuada por Paul McCartney en abril de 1970.
Siempre he creído que, en realidad, sus administradores al soltar la
película y el álbum "Let It Be", quisieron mostrar al mundo el final de la banda, que todos seamos testigos de ello, como una suerte de estrategia comercial.
George Harrison califico al álbum "Let
It Be" como un "demo" que suena bien; en cuanto a la
película del mismo nombre señaló que esta fue "honesta" pues
presentaba a los Beatles como seres humanos cualquiera, con algunas carencias
de ideas, discutiendo, errando en la ejecución de sus instrumentos, y no de la
forma retocada y perfecta que solían hacer los medios de su imagen, a lo que calificaba de "cínica".
¿Tiene Paul McCartney el derecho de querer dejar una visión distinta de esa parte de la historia de los Beatles? Sí. Tiene todo el derecho. Como cada uno de nosotros, llegado un momento de nuestra existencia, tenemos derecho de borrar o alterar una parte o un detalle de ella, porque así hacemos nuestra vida más llevadera.
Soundtrack:
"In My Life" The Beatles, 1965;
"A Day In The Life" The Beatles, 1967.
MAX MARRUFFO S.
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